Monday, January 30, 2012

Dakar II (Senegal)

06.01.12 - 08.01.12

Y al fondo, como siempre, el mar. Este es uno de los edificios de Camberén, uno de los encantadores pueblos que se alinean a lo largo de la costa norte de Dakar. Dos niñas esperan su turno en el centro médico de la ONG que fuimos a visitar.

Ni 5 minutos tardamos en llegar al aeropuerto desde el centro de Zinguinchor, un aeropuerto que es una miniatura y del que sólo salen vuelos internos con Senegal Airlines, típico avión de hélices que tan románticos parecen.

El vuelo nos descubrió, no los paisajes que esperábamos disfrutar, sino un manto blanquecino que cubre el país entero y que es el culpable de que los cielos aquí no sean casi nunca azules sino que siempre hay como una nieblecina en el ambiente que no es lo mejor para las fotos, la verdad.

"Black Justis" escrito sobre un muro de Camberén, uno de los pueblos de Dakar quizás un recuerdo del pasado cuando Senegal fue colonia francesa y la isla de Gorée, frente a la capital, fue uno de los centros de esclavos más importantes de África.

Pensábamos llegar a Dakar y coger un taxi que nos llevara directas a un hostal donde ducharnos y aprovechar así los 2 días que nos quedaban en Senegal, pero de pronto el italiano con el que compartimos parte del viaje nos ofreció llevarnos en el coche, con el que habían venido a buscarle 2 amigos suyos senegaleses, a un vivero local donde vendían baobabs que queríamos traernos a España. Oportunidad que no podíamos dejar pasar ya que es casi imposible encontrar en mitad de Dakar a alguien que sepa dónde comprar baobabs, pero que, como suele ocurrir con estas cosas, tornó el día en algo mucho más complicado de lo que habíamos esperado.

Todo son sonrisas y buenas intenciones, ya, pero no hay prisa, así que a pesar de que nos habían dicho que nos llevarían directamente a comprar el icónico árbol de "El Principito", les pareció más apropiado acercarnos primero a su centro médico, y es que resulta que trabajaban para una ONG italiana "Diritti al Cuore" que proporciona atención médica gratuita a las familias más necesitadas de la zona de Camberén.


Niños esperando su turno para el reconocimiento médico gratuito que les ofrece esta ONG italiana "Diritti al Cuore", en la cual trabajan voluntarios y cuya financiación es gracias a particulares así como al dinero que sacan organizando viajes con su pequeña agencia que tienen el piso superior.

Así que, como hay que ser flexible y estar preparado para cualquier cosa cuando se viaja y no aferrarse mucho a las ideas y planes que uno tiene, decidimos aprovechar y enterarnos un poco de lo que hacía la ONG, de cómo funcionaba y hacer fotos a las familias y hordas de niños que habían venido del colegio para que les recibieran los médicos.

Muy interesante la verdad, pero el tiempo pasaba, 10, 15, minutos, media hora, cuarenta minutos... y ahí nadie parecía acordarse de nuestro baobab... además que nosotras estábamos muy cansadas y muertas de hambre, así que poco a poco empezamos a impacientarnos y fuimos a buscar al encargado en cuya oficina por fin descubrimos que sus buenas intenciones ocultaban un motivo, como ocurre habitualmente, económico. El chico nos contó que la ONG se financiaba a través de una agencia de viajes que organizaba paquetes para los turistas en Senegal, lo cual no nos pareció mal y dado que queríamos ir a visitar la reserva que hay a unos 70km de Dakar pues por no tener que hacer todo por nuestra cuenta estábamos dispuestas a pagarles a ellos si la diferencia no era muy grande. Bien, pero el fallo del tipo fue intentar engañarnos, primero diciendo que la ONG sólo se financiaba con dinero de la agencia, cosa que sabíamos era mentira y segundo ¡¡¡haciendo las cuentas mal!!! pero bueno ¿se cree que somos tontas? ¿o qué? Así que defraudadas por sus falsas sonrisas, decidimos seguirle el juego y decirle que nos lo pensaríamos pero que antes debíamos comprar el baobab, a donde por fin nos envió acompañadas por un trabajador de la ONG.

Niños a la espera de su reconocimiento médico en la ONG "Diritti al Cuore", en el pueblo de Camberén, Dakar.

Según nos informó el tipo de la agencia de la ONG, el famoso vivero estaba al lado de su edificio... pero, tras caminar durante más de 1h bajo el abrasador sol del medio día, decidimos pillar un taxi a pesar de que Camberén es una zona super interesante, con una carretera asfaltada de la que salen callejuelas de arena que serpentean entre bajos edificios blancos. Ambiente de pueblo, una vez más, en el que me habría encantado perderme con las cámaras a inmortalizar imágenes, a charlar con los lugareños. Pero no podíamos más, así que fuimos al vivero y compramos unos cuantos baobabs por los que encima nos timaron porque luego los vimos en el aeropuerto a mejor precio. Ay, si es que no aprenderemos... total que tras esquivar varios intentos de acomodarnos en hostales de familiares o amigos de nuestro acompañante, decidimos ya desesperadas volver al VíaVía donde a eso de las 5pm nos dieron una habitación para nosotras solas con 5 camas.


Típico bus de Camberén, cuyas rutas debes conocer bien porque no hay paradas ni forma de enterarte a dónde van más que escuchando lo que gritan desde las abiertas puertas.

Qué odisea de verdad. Completamente rotas se nos ocurrió la feliz idea de ir a descansar a la playa de Yoff... ¡ingenuas de nosotras! no nos dimos cuenta de que era un viernes por la tarde y observamos asombradas como la playa se llenaba de lugareños que vienen a ponerse en forma, de manera que por todas partes hay chicos corriendo, jugando al fútbol o entrenando duro bajo el calor del sol. Por lo que se convierte en un lugar de imposible descanso, ya que constantemente se acerca alguien a charlar y da igual que digas que estás cansada y quieres dormir, porque aunque el interpelado se retire, otro vendrá a ocupar su lugar 2 minutos más tarde, así que nosotras optamos finalmente por irnos a dormir al hostal.pero se había llenado de gente haciendo deporte y decidimos volver al hostal a descansar antes de quedar con unos amigos de mi compi de acrobacias Libass, de Senegal, que me iban a dar un paquete para él y nos iban a sacar de fiesta además.


Las playas de Yoff se convierten en gimnasio improvisado los fines de semana, donde los lugareños aprovechan el aire libre para ponerse en forma con toda clase de ejercicios. Espectáculo bastante agradable de ver, la verdad, sobre todo teniendo en cuenta los cuerpos tan increíbles que tienen los senegaleses, un placer para la vista, el paraíso para cualquier artista.


¡¡¡La famosa noche senegalesa!!! Cuando aparecieron los amigos de Libass en el hostal, nos descojonamos, y es que eran unos chicos muy jóvenes, que no hablaban ni patata de inglés ni casi francés pero que se comunicaban perfectamente por gestos y que eran de lo más cool que he visto en mi vida: pantalones ajustados, llamativas camisas, gorros, americanas... un encanto de chicos, la verdad, que nos llevaron a Le Madison, una disco en Dakar donde se baila Mbalax, el típico baile senegalés del que ellos son profesores.


Amigos de mi compi de acrobacias, Libass, que vinieron a darnos un paquete que su madre había preparado para ese hijo que dejó este país para buscarse un futuro mejor en España, donde está ilegal por lo que lleva ya varios años sin ver a sus amigos ni familia. Encantadores y super cool sus amigos la verdad, con los que pasamos unas buenas risas a pesar de no hablar ningún idioma común.

Total que pasamos la noche flipando en la disco, donde había muchos chicos y pocas chicas, las cuales iban super arregladas con unos vestidos increíblemente cortos y unos cuerpazos que quitan el hipo, pero que no se movían mucho, sino que más bien se sentaban a esperar que los chicos las intentaran conquistar con sus bailes y se acercaran a hablar. Los chicos por otro lado iban todos vestidos para triunfar, no he visto más gente cool en mi vida: sombreros, zapatos, gafas de pasta, pantalones pitillo... todo adornado con brillantes secuencias y colgantes. Había música en directo, cuyo ritmo era de lo más difícil de bailar que jamás he escuchado, y eso que intenté aprender con los profes que hasta allí nos habían llevado, pero de verdad que la cosa era una mezcla entre ritmos africanos y occidentales a los que bailaban rollo breakdance, algo inexplicable, de verdad.

Total que un show de flipar, una noche inolvidable, en la que, a pesar del cansancio que teníamos, disfrutamos del espectáculo como si de una peli fuera.


Bailando en "Le Madisson" el Mbalax, típico baile senegalés super difícil de aprender incluso con unos profes como los que teníamos: bailarines profesionales que se dedican además de dar clases a bailar en las discos de Dakar toda la noche ¡¡¡sin beber nada!!! ya que, como son musulmanes, no ingieren alcohol y mantienen el ritmo durante horas gracias a los cafés que vende un puesto ambulante en la puerta.

Al día siguiente dejamos de lado todos los planes de visitas y nos fuimos a la isla de N´Gor de nuevo, a disfrutar relajadamente de nuestro último día en Senegal. Allí nos tumbamos en la playa, comimos como reinas y charlamos hasta que tuvimos que marchar y es que antes de que anocheciera quería yo visitar el pueblo de N´Gor de día, pero según nos acercamos a éste cometí el fallo de bailar con unos niños en la playa, lo cual hizo que de pronto veinte o treinta más empezaran a seguirme bailando y gritando como locos. Me recordó al flautista de Hamelín, jajaja, yo andando por la playa rodeada de una masa de niños que querían salir en mi cámara y cantaban y bailaban el famoso Yussa.


Niñas de la playa de N´Gor bailando el famoso Yussa, el hit de Senegal que tanto adultos como niños bailan en cualquier lugar del país y que, para ser sincera, tiene algunos pasos un poco subiditos de tono, en los que los que bailan se tocan los pechos y la entrepierna.

Así que abortamos todos los planes para sentarnos en un barcito a tomar una birra y comer un bocata antes de volver al Vía Vía donde los simpáticos dueños nos habían guardado las mochilas todo el día y además nos dejaban ducharnos y cambiarnos de ropa antes de coger el vuelo que salía a las 3 de la mañana. Aprovechamos para sentarnos con nuestros bocatas en la calle principal de Yoff, donde nos sentimos muy cómodas porque nadie nos perseguía ni molestaba ni quería hablar con nosotras a no ser que nosotras iniciáramos la conversación, algo que a veces es difícil en este país.

Y, a la 1 am, salimos con una pareja holandesa en taxi al aeropuerto, donde nos timaron de mala manera. Una pena, pero suele ocurrir así, que los buscavidas se juntan en los aeropuertos, donde debido al cansancio tardé unos segundos en darme cuenta de que al cambiarme las sobras a euros habían utilizado una calculadora trucada, segundos en los que mi timador ya había huído corriendo entre la multitud y no tuve forma de, a pesar de mis gritos, encontrarle de nuevo. En fin, que eso me pasa por estar cansada y levantar la guardia, pero es que como en Senegal en general no habíamos tenido ningún problema la verdad es que ni me lo esperaba.

Pero no logró amargar mi recuerdo este incidente, no, sigo pensando que Senegal es un país maravilloso, lleno de gente sonriente, afable, con ganas de ayudarte, donde no te suelen robar, donde quizás a veces se pongan un poco pesados, pero no llegan a agobiarte, te respetan siempre y donde la vitalidad de la gente es envidiable. Un lugar que recomiendo y al que me gustaría volver.


Jugando con los niños de la playa de N´Gor, uno de los muchos recuerdos que me llevo de este increíble viaje a este maravilloso país.

Curiosidades:
Las mujeres de este país se atan los niños a la espalada con un trozo de tela de manera que, aunque parezca imposible, estos no se les cae nunca. No sabíamos muy bien si esto se debe a que en general el culo de las lugareñas es bastante respingón o si era debido a una forma especial de atar a los mismos, así que ni cortas ni perezosas aprovechamos para preguntarle a una señora que conocimos en la calle que nos mostrara cómo funcionaba el invento.


Abuela y nieta, unidas como ocurre hasta los 2 o 3 años por un trozo de tela que hace que la mujer pueda trabajar sin problema acarreando bien cerca a su bebé, que puede así sentir el calor y la seguridad de su madre o abuela.


1 comment:

Anonymous said...

Lo de los tiburones es precioso e increible, que maravilla!!!
Besos , Mamusina