Monday, April 23, 2007

Rajastan III (India)

Menuda experiencia! Jordan, Lal (su camello), Disco (el mio) y yo de safari por el desierto, durmiendo bajo las estrellas, con la suave arena de las dunas por cama.

Khuri: 08.04.07-09.04.07

Cansados de los buitres de Jaiselmer, de sus sucios trucos, constantes enganhos y de sus variadas triquinhuelas para sacarte dinero, decidimos escapar a un pequenho pueblecito al borde del desierto. Tras algo mas de una hora en un bus local, donde el resto de pasajeros nos observaban curiosos con la misma intensidad que nosotros a ellos, llegamos a Khuri donde, por fin, pudimos ver de cerca la vida rural en la India.

Como la mayoria de los pueblos de Rajastan, Khuri consiste en unas decenas de casas bajas construidas con barro y con techos de paja, cuyas paredes los locales decoran con pinturas de estilo persico en colores terrosos. Una arquitectura simple y organica, de una belleza rustica que a mi me enamoro.

Jordan con Guildari, un encantador rajput que nos guio por el desierto, a las puertas de nuestro alojamiento en Khuri.

Aqui vimos como es la rutina de las gentes humildes del desierto: las mujeres van a recoger el agua del pozo que hay a las afueras del pueblo con cantaros que llevan sobre sus cabezas, preciosa imagen la de sus saris coloridos alegrando los beiges de las arenas del desierto; los hombres charlan mientras juegan a las cartas en el bar local; los ninhos trabajan pastoreando al ganado (ovejas sobretodo) o recogiendo lenha con la que encender fuegos en los que cocinar. Realmente fue una visita al pasado, a la simpleza de como vivian nuestros ancestros.

Mujeres reunidas alrededor del pozo.

La unica diferencia entre Khuri y otros pueblos de la zona es que aquí algunos lugarenhos aceptan huespedes en sus casas, algo asi como la idea de “casa rural” en espanha, pero mucho mas “rural”, ya que el basico alojamiento consiste en pequenhas cabanhas redondas en las que cabe una cama. Normalmente estas casas estan organizadas en grupos de unas 5 o 6 colocadas en circulo alrededor de un fuego y con un banho de lo mas basico para compartir. Debo decir que, aunque basicas, estas cabanhas son bien frescas, ya que al entrar en ellas la temperatura cae unos 10 grados, cosa de agradecer aquí en el desierto, sobretodo durante las horas del medio dia, cuando el sol calienta por encima de los 45.

El suelo arde a 45 grados, asi que yo tenia que bailar para no quemarme... como veis el lugar donde nos alojamos es bastante basico, eso si, precioso no? con sus paredes de barro pintadas rusticamente y la hoguera en el centro para reunirse por las noches, que mas se puede pedir?

Tras refugiarnos durante unas horas del despiadado sol a la sombra de nuestra cabanha, nos fuimos con los camellos de safari al desierto. Tuvimos la suerte de tener a Guildari, un simpatico rajput nacido en un pueblo vecino en el desierto, como guia en nuestra aventura; el nos explico las costumbres del lugar, contesto a todas nuestras preguntas y, algo dificil de encontrar en la India, nunca nos agobio sino que supo cuando callar e incluso dejarnos solos en los momentos mas romanticos, jeje.

Guildari nos mostro que el desierto no es un lugar tan inhospito como parece a primera vista, sino que esta lleno de vida; de pronto, sin motivo aparente, las dunas arenosas dan paso a zonas mas verdes (las cuales crean un paisaje que, tristemente, me recuerda al de castilla) en las que pequenhos matojos crecen aquí y alla y son aprovechados por los locales como pasto para sus ovejas o como lenha para hacer fuego en el que cocinar. Supongo que, aunque dura, la vida en el desierto tiene sus ventajas: el silencio, la tranquilidad, la simpleza del dia a dia.

Tipico pueblo del desierto al que llegamos a camello. A mi me parecen preciosas estas construcciones en las que las casas parecen ser parte de la tierra, como muy organico todo.

Tras unas horas sobre los camellos, nos encontramos con un pueblo en el que fuimos bienvenidos; al parecer muchos de los pueblos del desierto no aceptan a los extranjeros y, por lo tanto, no se pueden visitar. Como muestra de cortesia, tuvimos que bajar de los camellos y atravesar el pueblo a pie, seguidos de un grupo de nihos que no paraban de agarrarnos y pedirnos caramelos o bolis... en todo el tiempo que llevamos viajando, nunca antes encontramos ninhos tan desagradables, histericos y mal educados como estos. Un autentico infierno del que nos fue dificil escapar, y aun hoy nos preguntamos que es lo que hace que los ninhos de Rajastan sean tan violentos, pediguenhos y maliciosos.

Esta fue la unica familia del pueblo que no nos agobio, y las ninhas que veis en la foto eran un encanto, pero nos fue dificil deshacernos del resto de monstruos que nos perseguian para hacerle la foto a estas chicas.

Cuando el dia tocaba a su fin, Guildari encontro un lugar protegido entre las dunas en el que montar el campamento; alli Jordan y yo disfrutamos de un precioso atardecer mientras que nuestro guia y el chico que le acompanhaba, nos preparaban la cena: delicioso arroz con lentejas (“dal”) y un curry de verduras acompanhado con el tipico pan (“chapati”) hecho de arina que ellos mismos amasan sin levadura, lo que hace que el chapati no crezca en el fuego sino que sea un pan plano con forma de tortilla. No os podeis ni imaginar lo rica que estaba la cena que nos prepararon, quizas porque fue cocinada sobre un fuego de lenha o quizas porque la comimos bajo las estrellas, en mitad del desierto. Y para festejar el fin de un maravilloso dia, nos quedamos charlando alrededor del fuego acompanhados por un poco de alcohol que llevabamos con nosotros y que Guildari agradecio.

Noche en el desierto: las dunas como cama, las estrellas como techo, una experiencia inolvidable que Jordan y yo compartimos bajo una manta; despertandonos de vez en cuando para ver los cambios en el cielo, sorprendidos una vez por las gacelas que, curiosas, vinieron a echarnos un ojo en mitad de la noche. Y, cuando por fin amanecio, alli estaban Guildari y el chico y un pastorcillo que habia venido a visitarnos preparando el desayuno mientras nosotros nos distraiamos observando a los escarabajos peloteros pelearse por las bolas de caca de los camellos.

El mejor desayuno del mundo, cocinado por nuestro guia, el muchacho que lo acompanhaba y un crio que pasatoreaba por ahi. Ricos chapatis recien hechos, fritos con azuquitar y te... una maravilla.

Una autentica experiencia que recomiendo a todo el mundo y que para nosotros termino ese medio dia, ya que no teniamos mucho mas tiempo; pero que la proxima vez alargaremos a 3 o 4 dias de safari, eso si, con la companhia de un buen libro ya que durante las 4 horas en las que el sol pega mas es imposible avanzar y hay que buscar una buena sombra donde refugiarse todo ese tiempo.

Curiosidades: La verdad es que Rajastan es un extranho lugar que unas veces amas y otras odias. Como fotografo es ideal, porque los colores son vivos y las gentes exoticas; pero no se si merece la pena sufrir el acoso y asedio de los que trabajan aqui para el turismo, gentes que no comprenden el "no" como respuesta y que no cesan de seguirte y agobiarte hasta tal punto que llegan a amargarte el dia. Dificil eleccion. Si os soy sincera nosotros acabamos tan hartos de Rajastan que salimos huyendo tanto de su calor sofocante como de sus gentes pediguenhas en cuanto pudimos, pero aun asi me alegro de haber ido, quizas por los pocos que conocimos que fueron un encanto, quizas por nuestra experiencia en el desierto... no se, pero si decidis ir a la India, pensad que hay otros muchos lugares no tan fotogenicos pero donde la gente es un amor, como en Calcuta, donde no hay mucho que ver pero las experiencias humanas son mucho mas calidas.

Costes:
1 euro = 56.6 Rupias (Rp)
* Bus local de Jaiselmer a Khuri (1h y media): 20 Rp
* Arjun Family Guesthouse: 100 Rp por un "bungalow" de barro redondo con techo de ramas donde solo cabe una cama y con banho super simple fuera, por supuesto ducha de agua fria, claro que estamos en el desierto, 45 gradines bien agradecen agua fresca. Las 100 Rp incluyen 3 comidas caseras super ricas! y la experiencia de vivir como los locales, sin grandes comodidades.
* Safari de camellos: 800 Rp por 2 personas y por un dia, salida a las 4 pm y regreso a las 10 am, lo que implica pasar la noche bajo las estrellas, durmiendo sobre la arena de las dunas. El precio incluye un guia, un camello para cada uno y 3 comidas cocinadas rusticamente.

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