Sunday, September 06, 2009

Sivananda Ashram (Kerala, India)

Pabellón central de Sivananda Ashram, Kerala, en una de las charlas de la mañana que suele tener lugar tras la meditación y cánticos con las que se despierta antes de desayunar y a la que se ha unido un shadu (vestido de naranja) que iba de paso y se ha quedado unos días a descansar en el ashram.

Sivananda Ashram: 11.08.09 - 13.08.09

Un ashram es un lugar de meditación y enseñanza hinduísta, tanto religiosa como cultural, en el que los alumnos conviven bajo el mismo techo que sus maestros.
En los ashram se suelen impartir clases de meditación y pueden realizarse también talleres y cursos de terapias orientales. Además son el lugar donde deben vivir los sannyasis o , hinduistas que han decidido retirarse de la vida mundana y que no viven en un punto fijo, sino que van de áshram en áshram. Su funcionamiento es parecido al de los monasterios en la Edad Media ya que funcionan a la vez como lugar de retiro, hospedería, comunidad, escuela y dispensario público. A los ashram puede acudir cualquier persona, sin importar su creencia o casta, a aprender o escapar del caos del mundo y normalmente la estancia en los mismos es gratuita o muy barata, lo justo para sufragar los gastos de manutención, por ello y a pesar de la falta de lujos y de que la vida en el ashram está regida por un horario fijo algo duro, los ashram son lugares muy visitados tanto por occidentales como por hindúes.


La hora del té. Dos veces al día nos reunimos todos para tomar té y frutas, a las 7.30 tras la meditación de la mañana y antes de desayunar-comer (a las 10) y a las 13.30 antes del tiempo libre para darse un baño en el lago o ir a una de las charlas.


En los ashram es normal ver sannyasis o sadhus, hinduistas que han decidido retirarse de la vida mundana y que no viven en un punto fijo, sino que son ascetas que buscan el camino de la penitencia y la austeridad para obtener la iluminación, a los que normalmente se puede reconocer por el color anaranjado de sus ropas. Los sadhus peregrinan por el país, sin nada más que lo puesto, recibiendo comida y cobijo de la gente, templos y ashrams, aunque muchas veces pasan una temporada (que puede ser de varios años) meditando en cuevas.
Además, en los ashrams suele haber swamis, título honorario que se les otorga a maestros de diferentes doctrinas (darshanas) que cultivan, por ejemplo el yoga, o bien a maestros espirituales que no son religiosos.


Swami del ashram, un hombre que siempre sonríe.

En general, los ashrams son lugares en los que uno puede aprender y suelen estar situados en parajes preciosos, pero además sirven para escapar del caos del mundo, descansar, encontrarse a sí mismo... En particular este ashram que visitamos nosotros era un centro de estudio de yoga, donde se imparten cursos en los que puedes lograr el título de profesor de yoga, y en el que hay bastantes occidentales, por lo que la comida es bastante buena y no demasiado especiada y los servicios son bastante cómodos, ya que hay camas en dormitorios comunales, cosa impensable en un ashram puramente hindú.


El dormitorio de las chicas, donde cada una tiene una cama con mosquitera y ventilador en una gran habitación con baños a compartir al fondo.


Aquí os adjunto el horario del ashram, que parece muy duro pero al que te acostumbras al cabo de unos días...

05.20: Toque de campana-gong, un sonido muy místico con el que despertar aún de noche
06.00: Satsang: meditación en grupo, cánticos y charlas (1h y media)
07.30: Te y con alguna fruta (plátanos)
08.00: Clase de asana, yoga tipo sivananda con 2 niveles (2h)
10.00: Comida vegetariana muy, muy, rica
11.00: Karma yoga, es decir un trabajo designado por el centro para cada alumno (recoger leña, limpiar los baños, servir el té, servir la comida...)
12.30: Clase de entrenamiento, opcional
13.30: Té
14.00: Charla sobre la filosofía hindú
15.30: Clase de asana, yoga tipo sivananda (2h)
18.00: Comida vegetariana
20.00: Satsang: meditación en grupo, cánticos y charlas (1h y media)
22.30: Se apagan las luces

Haciendo yoga, hay 2 niveles diferentes, las clases son largas y el lugar precioso: espacio abierto rodeado de árboles y pájaros, así que se disfruta mucho, aunque el tipo de yoga en particular no es el yoga que más me gusta, la verdad.

¿Cómo es la experiencia? Bueno pues interesante, la verdad es que ni el yoga ni la meditación de este ashram en particular me llamaron la atención por su calidad, sino más bien lo contrario, pero es un alivio tener una rutina así de establecida, levantarte antes del alba, con el sonido del gong, meditar y cantar, estirar el cuerpo, charlar sobre temas trascendentales... en fin que escapas no sólo del ruido y caos de la India, sino también un poco de tu mundo en el que estás corriendo todo el día y aquí te obligas a parar y pensar y te das cuenta de que hay otras formas de ver la vida y tienes tiempo para escucharte a ti mismo y además conoces a gente muy interesante. Así que como experiencia me parece muy positiva.

La hora de la comida, sentados en hileras nos van sirviendo las ricas verduras cocinadas de diferentes maneras y con típicas salsas indias acompañadas normalmente de arroz. Se puede comer tanto como se quiera, eso sí, con la mano ya que no usan cubiertos.

Costes:
Más adelante

1 comment:

Anonymous said...

Me hace gracia verte en la India y saber que e3stás en Perú, espero no estes padeciendo el mal de altura y lo estés pasando bien. Aqui todo tranquilo y agradable, hoy los chicos están viendo futbol y me he venido a un ciber café, sudando como un pollo. Hace ahi mucho frio como pensabais? Pasadlo bien y disfrutad, te quiero infinito, besazos mamusina